viernes, 2 de agosto de 2024

Formas de estar en la cama


Por:

Hugo Reyes Saab 


Escuchar la voz narrativa de Giussepe Ramírez en su libro Formas de estar en la cama, es experimentar una literatura en donde el tímpano de quien la escucha corre el riesgo de romperse como un vidrio. Esta particular figura, usada por él para describir la violación de uno de sus personajes femeninos, es precisa, produce un escozor que continúa aún después de cerrado el libro. 

Giussepe es un maestro en crear tensiones, revela sin decoro el drama de los protagonistas, despliega el menú de sus secretos, todos incómodos, y los ubica sobre escenarios descritos en palabras cortas; son segundos de imágenes extensas que resultan vívidas y deslumbrantes, mientras riman con el infierno interior de los involucrados. Su mirada transita por tramas psicológicas sin perder el pulso; el espectador no tiene más opción que callar ante el peso de los argumentos.    

La cama es la analogía para cuentos de amantes despechados, adolescentes vengativos, mascotas despreciadas, y un posible asesino en serie; todo al mando de una prosa certera que concluye con un toque de ciencia ficción. Giussepe describe muchas formas de intimidad, cada una con final desolador, advierte el riesgo de pisar el campo minado del afecto inclusive si se lleva escafandra. El lector queda con la sensación de haber sobrevivido a una tormenta, pero sin poder deshacerse de los zapatos y las medias mojadas. 


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